Un alienígena de marte vino,
a estudiar la Tierra aunque no es seguro,
y en su libro duro
apuntaba lo que descubría;
lo que escribía
no se entendía,
hasta que un día
desciframos el código,
y lo que allí decía
era muy similar a lo conocido.
Y de la siguiente forma el alien narraba:
Sección Tres,
Capítulo Diez:
Mitocondrias que hallé en un pez, una bacteria y un ciprés.
Producían energía, el alien decía.
Cloroplastos, no hallé en el pez, ni bacteria, pero sí en el ciprés.
Fotosíntesis hacía, el alien decía.
Algo raro, el Lisosoma,
con sus enzimas digestivas
propina curiosidad, el alien decía;
lo hallé en el pez y el ciprés,
mas no en la bacteria.
Plástidos, gordos y feos,
llenos de alimento
y también de pigmento...
El alien no lo encontró en el pez, ni bacteria, pero sí en el ciprés.
Y en la Sección Última,
Capítulo Final:
el alien con un adiós,
se despedía,
porque tanta estructura citoplásmica
lo aburría.
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